
Quedarán unas 50 horas para que se acabe este año y solo quiero acelerar el tiempo y pasar las 12 celebrando dejar el 2010 atrás.


Como amante del horóscopo debo admitir, que conozco perfectamente de pies a cabeza las características de mi signo. Según la mitología griega, cuando el gigante Orión intentí violar a Artemis, los dioses lo hicieron picar mortalmente por un escorpión, al cual cumplida su misión, convirtieron en constelación. El signo de escorpio es uno de los más complejos y carismáticos del zodíaco y representa la intensidad, la energía, perspicacia y el apasionamiento, sobre todo la capacidad de transformación.
Fuerza interior, mucha energía, carismático, intuitivo, habilidad innata para sobrevivir, orientados a metas, sensitivos.
Es el signo donde se puede encontrar los extremos más positivos y negativos de todo el horóscopo. El nativo de escorpio posee un magnetismo personal y su motor es la fuerza del deseo. Muy vulnerable, tiende a protegerse y ofrecer una coraza fuerte que muchas veces confunde. Tiene habilidades en actividades como la psicología, patología, cirugía, y magia.







Noviembre apuntó sin piedad, y por primera vez su mano no dudó ni tembló un segundo.
Tenía el blanco asegurado, la mirada directa hacia su objetivo y disparando en cámara lenta todos los presentes observaron el espectáculo.
Ella se sintió débil por un momento, la bala pasó justo frente a sus ojos, pero la experiencia no se gana en vano y bastó un movimiento milimétrico para salvarse de su fatal destino.
Noviembre no entendía como ella había podido escapar nuevamente. Todos los años durante los últimos 3 años su objetivo era vencerla, y parecía que con cada intento ella se hacía un poco más fuerte, sin embargo, lo que noviembre no sabía era que ella en lo más oscuro de sus sentimientos estaba cansada, cansada de huir de los recuerdos y de los intentos de asesinato de aquel anónimo encubierto.