
Te invade hasta lo más íntimo, para dar la puñalada por la espalda, es la soledad latente que se apodera de ti, aún cuando estás rodeado en un mar de gente.



Fantasmas del pasado que ahogan la mente en tan solo segundos.
Recuerdos fugaces de una linda fantasía;
Sus ojos, reencontrándose cada cierto tiempo…
intercambiando palabras tímidas para luego completar el juego.
Historia antigua y desfasada,
vivida y aprendida, no contada
JAMÁS CONTADA;
imposible de contar.
Minutos increíbles,
casi indescriptibles; sensación máxima de felicidad,
por días y a veces semanas de total inseguridad.
Pasando frío cuando no se debía pasar.
Realidad que se quiso hacer presente,
angustiando cada momento,
fue sin querer y disculpas aceptadas
pero nunca se borrarán las cicatrices dejadas.
Me tienta tu VOZ y la idea de llegar hasta los extremos. Me tienta el SABOR de tus labios y la historia que recorren tus manos. Me tienta el dilema de cruzar la línea entre amor y locura, un teorema práctico de ciencias aún desconocidas. Me tienta el sabor del café a media noche, un cigarro por la mañana. Me tienta un poema de Cortázar. Me tienta una amena conversa frente a las luces titilantes del fuego de mi chimenea. Me tienta poner las manos sobre el teclado y saborear cada palabra de lo que escribo. Un chocolate. Me tienta caminar por calles desconocidas y observar los detalles de las antiguas casas. Mirar los árboles. Tomar tu mano. Me tienta recostarme sobre el pasto y admirar una noche iluminada de ESTRELLAS. Una canción reponedora. Una siesta de primavera. Me tienta una meditación rodeada de velas e incienso. Tu boca. Me tienta el recuerdo de mi infancia y las ganas de volver a ella.
