
Duele saber la verdad, más duele que te la digan... El tiempo no pasa en vano, cambian las historias, cambian las personas que nos rodean, cambian los amores, nos cambia la piel. Mudamos cual serpiente muda sus ropas, dejando atrás la manta que la cobijó, pero ha de volverse más delgada cada vez que pierde escamas, ha de volverse más frágil y voluble a la vida, y necesita aún mayor protección. ¿Recordarán las pieles que han dejado atrás?
Yo lo hago con cariño, guardo los recuerdos en una caja de cartón, en un sobre, en una carta. Guardo fotos, miradas y sonrisas, los abrazos sinceros y los viajes en el tiempo. Conservo tantos atardeceres, atesoro cada tarde en un parque sobre el pasto, retengo en mi memoria cada anécdota... y pienso que aunque aquellos ya olvidaron... yo gano más porque son la base sobre la cual construyo mi vida.
A veces debo protegerme, pues tantas recuerdos pueden caer sobre mi cuerpo y aplastarme hasta perder el aliento. Tantas veces como esas, soy capaz de levantarme, seguir con mi vida, y pensar... Ahora todo está bien. La mayoría de ese todo gracias a ti, que llegaste para salvar mi vida <3

