Te conocí cuando apenas aprendía a caminar y no era lo necesariamente inteligente para entender que tú eras un buen hombre. Con algunos años más me convertí en una niña mimada que solo tenía palabras ácidas hacia ti, no sabía el daño que te provocaba (perdóname). Pasado los 10 por fin pude darme cuenta del gran hombre que había a mi lado, alguien ejemplar, nadie como tú.
Ahora con 20 años soy capaz de darme cuenta de todo lo que has hecho por mí, por nosotros, tus palabras, tus llamadas, tus gestos, tu mirada tan dulce y sincera, QUE GRANDE ERES! que maravilloso! criando una hija que no es tuya, te admiro, y te agradezco cada palabra de aliento, como quisiera poder devolverte todos los momentos felices que me has dado, como quisiera regalarte la felicidad por kilos, y tan solo puedo ofrecerte un abrazo y mi cariño, que poco puedo darte, que impotencia me da no ser capaz de entregarte todo lo que te mereces para ser feliz, para dejar de intentar ser fuerte, y para sonreír desde tus ojos.
Te amo tanto papá, eres a quien admiro, eres quien me gustaría ser cuando tenga tu edad.